Julióbriga fue la ciudad romana más importante de las 9 fundadas en Cantabria,1. Está situada sobre una colina de 917 metros en la población de Retortillo (actual municipio de Campoo de Enmedio). Situada en el valle de Campoo, en el interior de Cantabria, tenía acceso al mar por el llamado Puerto de la Victoria que fue fundado el año 19 a. C., al final de las Guerras Cántabras.
Fue fundada entre los años 15 y 13 a. C. por la Legio IV Macedonica romana, al final de las Guerras Cántabras, muy posiblemente sobre un castro cántabro preexistente. Julióbriga nace en el mayor punto de tensión durante la guerra emprendida por el emperador Augusto, con el objetivo de romanizar la región. Para mantener la paz en la zona, durante los primeros años la IV Legión montó un campamento cerca, en Pisoraca, lo que es hoy el pueblo de Herrera de Pisuerga.
Durante el siglo I termina de articularse el trazado de la ciudad, en pleno apogeo. Años después se amplía bajo el mandato del emperador Vespasiano. Mientras, la romanización de la zona de Campoo se evidencia, y se mezclan rasgos de la cultura tradicional cántabra con la romana.
De Julióbriga partía una calzada romana que la comunicaba con Pisoraca (Herrera de Pisuerga), Portus Blendium (Suances) y Portus Victoriae Iuliobrigensium (Santander), desde su creación una de las principales arterias de unión entre el norte y la Meseta, aún hoy reproducido por las carreteras y recientemente por el trazado de la Autovía de la Meseta.
La ciudad es abandonada durante el siglo III, aunque se estima una parcial repoblación por parte de grupos minoritarios durante el siglo IV. Desde el siglo V y durante el Medievo, hasta el siglo XIII, el centro de la ciudad es utilizado como cementerio, terminando por emplazarse una iglesia románica sobre el foro, en torno a la cual se formó una aldea diminuta. Otra iglesia, la de Santa María de Retortillo, se edificó sobre la anterior en el siglo XII.
La arquitectura romana en Julióbriga llega a su máxima definición a finales del siglo I, caracterizándose por grandes zócalos pétreos de mampostería tomada con barro en combinación con sillería de arenisca y muros de adobe, tapial y madera con techumbres de madera y teja. En las casas más ricas se han encontrado restos de estuco, así como de revoco en otras. Existió asimismo una calle porticada tras el foro, franqueada por pilastras cuadradas.
Convivieron en la ciudad mansiones con patio peristilo de arquitectura típica romana, y bloques exentos de viviendas más modestas, sin patio interior y con un terreno exterior con edificaciones menores como hórreos (de uno de ellos se conservan los apoyos), establos y corrales, que evolucionaron hasta la Casa Montañesa cántabra.
Las excavaciones, comenzadas a mediados del siglo XX, apenas han tenido lugar, de modo que han salido a la luz muy pocas ruinas, divididas en tres zonas cercanas entre sí; el hecho de que parte de la población de Retortillo se halle edificada justo encima dificulta las labores arqueológicas. Los objetos y restos encontrados van desde la Edad del Hierro hasta la Edad Media.
En el año 2.003 el museo Domus Romana abre sus puertas en el sitio de Julióbriga. Hasta entonces, los restos eran trasladados al Museo Arqueológico de Santander.
animo sobrino, me ha encantado lo que escribes, animo.
ResponderEliminarM e encanta todo lo que escribes. Se nota que te informas y que te gusta la história y la naturaleza.
ResponderEliminarUn saludo y espero seguir disfrutando de lo que escribes.
Es una maravilla, toda la exposición sobre la naturaleza. Me ha encantado. Que siga así por muchos años. Gracias.
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